¿Qué cantidad de proteínas se recomiendan para una dieta equilibrada?

 

En casi todos los países del mundo se comen más proteínas que las necesarias para mantener el balance nitrogenado del organismo. Existen factores psicológicos y sociales más que necesidades fisiológicas que determinan la ingesta; se ha sugerido que dietas tan variadas como la ingesta de 40 gr diarios de proteínas, no sólo podía ser suficiente para el organismo sino que además podría proporcionarle una gran capacidad física y mental.

En otros lugares, como Australia o en zonas de América del Sur, donde la dieta es, fundamentalmente, superproteica se ingieren, a veces de 250 a 300 gr diarios de proteínas.

En el mundo no existe un consenso claro sobre las recomendaciones dietéticas a nivel de proteínas, aunque existen recomendaciones de varios organismos internacionales, como son las de la Organización Mundial de la Salud y la FAO. Sin embargo, se considera que en el momento del crecimiento la necesidad proteica de un niño lactante es de 8 gr por día; en el primer mes de vida es de 2 o 3 gr por kg de peso corporal. Estas necesidades van declinando de forma exponencial con la edad, hasta que a la edad de 5 años la mayoría de niños crecen bien con una dieta adulta, en la cual el 10% de la energía provenga de las proteínas.

Se sabe de todas formas que en los primeros cinco años de vida, el niño necesita una dieta mucho más rica en proteínas que el adulto; por lo tanto, los niños pequeños deben tener una dieta proporcionalmente mucho más rica en proteínas que los adultos: se trataría de una dieta en la cual el 20% de la energía provenga de la ingesta proteica (leche, carne, huevos, etc.)

¿Cuándo se presentan déficits proteicos?

 

Es evidente que en los países del tercer mundo, en que existen problemas importantes en la alimentación, el mayor trastorno, para el crecimiento y desarrollo de los niños y que incide en la tasa de mortalidad, es precisamente el déficit de ingesta proteica; pero en países desarrollados existen otros procesos, en los cuales la deficiencia de proteínas también se presenta.

En general, se debe tener en cuenta que las personas alcohólicas crónicas o drogadictas tienen hábitos irregulares de comida y sus dietas pueden tener déficits proteicos importantes; los enfermos con trastornos crónicos de las vías intestinales también pueden sufrir estados de mala nutrición crónica; los enfermos especialmente graves que han sufrido traumatismos, politraumatismos o quemaduras graves, presentan déficits proteicos importantes.

También, algunos pacientes con enfermedades renales, que pierden muchas proteínas por la orina, pueden tener déficit proteico, y, por último, los pacientes que tienen enfermedades hepáticas graves pueden presentar trastornos importantes. Podemos decir, sin embargo, que la salud de la mayoría de adultos no se vería afectada en absoluto tanto si se ingieren 50 gr o 150 gr de proteínas cada día.

La capacidad del cuerpo humano para adaptarse a diferentes dietas y a los diferentes niveles de ingesta de proteínas son muy amplias. Esta posibilidad de adaptación tan amplia no se presenta igual en cuanto al balance energético. Cuando un cuerpo humano ingiere muchas más calorías que las que realmente gasta, rápidamente se convertirá en una persona obesa porque no puede eliminar las calorías en exceso que ha ingerido; en otros casos, la adaptación de diversos niveles  de proteínas dependerá también del buen estado del hígado y del buen equilibrio hormonal, sobre todo de dos hormonas, la insulina y el cortisol, que son las encargadas de mantener y determinar el balance energético.

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