El síndrome de Costen se puede definir como el conjunto de señales y síntomas auditivos en pacientes que son portadores de disfunción temporomandibular, se caracteriza por una sensación de plenitud auricular (oído tapado), hipoacusia (audición baja), otalgia (dolor en el oído) y vértigos.

El síndrome se presenta principalmente en personas del sexo femenino y después de los 40 años de edad.

Fue presentado a la comunidad científica en el año 1934 con los estudios de Costen y a partir de estos se discutió la hipótesis de la posible conexión directa entre las disfunciones en la articulación temporomandibular y la sintomatología auditiva del síndrome.

Causas del síndrome de Costen

Los desordenes de tipo temporomandibulares se refieren a conjunto de condiciones clínicas y odontológicas que afectan la articulación temporomandibular (que está localizada frente a los oídos y conecta la mandíbula al cráneo), y/o los músculos de la masticación, así como también las estructuras de la cara, relacionadas con el complejo maxilomandibular.

Algunos estudios de tipo embriológico han sugerido que el origen común de la mandíbula y los pequeños huesos del oído medio en el cartílago de Meckel explicarían la asociación entre los desordenes temporomandibulares y los disturbios de la función auditiva.

También se ha sugerido que deficiencias nutricionales, disturbios metabólicos y los efectos adversos del uso de drogas son factores importantes en la génesis del síndrome.

Síntomas del Síndrome de Costen

Debido a que el síndrome tiene como consecuencias el funcionamiento de forma anormal de la articulación temporomandibular, los ligamentos, músculos de la masticación, huesos maxilares, dientes y estructuras de soporte dental; los síntomas principales van de la mano con hábitos comunes como el apretamiento dental, bruxismo, morder objetos extraños, roer las uñas, masticar chicles, postura inadecuada de la cabeza, asegurar el teléfono con la quijada o factores comunes como estrés, depresión y ansiedad.

Los síntomas principales del síndrome son los siguientes:

  • Dolor facial
  • Dolor de la mandíbula, cuello, hombro y/o costillas
  • Dolor en las articulaciones o rostro al abrir o cerrar la boca (masticar o bostezar)
  • Jaquecas (por tensión)
  • Inflamación al lado de la boca o de la cara en general
  • Mordida que se siente incómoda, fuera de lugar
  • Apertura limitada o incapacidad para abrir la boca de manera confortableDesvío lateral de la mandíbula
  • Ruidos articulares y dolor de oído
  • Sordera momentánea
  • Oído tapado
  • Vértigos o zumbidos
  • Glosodinia (ardor en la lengua)
  • Neuralgia glosofaríngea (dolor de la parte trasera de la lengua)

Diagnostico del Síndrome de Costen

El diagnostico del síndrome de Costen, se realiza en función de varios síntomas, probando la amplitud de los movimientos de la mandíbula, auscultando los ruidos articulares, examinando el engranaje de los dientes, palpando las articulaciones y los músculos de la cara y cabeza.

El cirujano bucal debe obtener del paciente las informaciones sobre los motivos que le causan el dolor y otros síntomas, traumas, hábitos orales, tratamientos médicos y dentales previos.

Los instrumentos que frecuentemente se utilizan para elaborar un diagnostico del síndrome son:

-Radiografías (normales o panorámicas), son útiles para evaluar los cambios morfológicos y los procesos degenerativos producidos por el síndrome.

-Tomografía lineal, permite mejor visualización que las radiografías convencionales, debido a que muestra la articulación en forma de rebanadas.

-Tomografía computadorizada, muestra los pequeños detalles del hueso con una dosis de radiación mínima.

-Resonancia magnética, produce imágenes precisas y con mucho detalle del tejido blando.

-Artotomografía, permite el estudio funcional y posicional de la articulación inclusive del disco articular, es una herramienta de diagnostico muy precisa.

-Electromiografía de superficie, detalla con precisión las estructuras afectadas, permite localizar las contracciones musculares.

Tratamiento del Síndrome de Costen

Para el tratamiento del síndrome se recomienda que las terapias iniciales de los pacientes sea conservadora, no invasiva y reversible.

Algunos protocolos de terapia alternativa tienen efecto periférico, como son la aplicación local de frio o calor, ejercicios de la mandíbula, auto masaje, compresión e inyección de los puntos gatillo, mientras que otras terapias actúan de manera central, como el relajamiento y la acupuntura.

El mecanismo por medio del cual la acupuntura trabaja en estos casos se basa en el hecho de que la introducción de la aguja en puntos específicos de los meridianos energéticos genera un estimulo en las terminaciones nerviosas de los músculos, lo que es enviado en forma de señales al sistema nervioso central, donde se reconocen y traducen a diferentes niveles, como son:

Nivel hipotalámico, en donde se activa el eje hipotálamo-hipófisis produciendo la liberación de endorfinas (actúan como analgésicos), cortisol (actúa como antiinflamatorio) y serotonina (actúa como antidepresivo).

Nivel del mesencéfalo, donde ocurre la activación de las neuronas de la materia gris, liberándose endorfinas que estimularán la producción de serotonina y norepinefrina.

Nivel de la médula espinal, donde se activarán las interneuronas de la sustancia gelatinosa y así la liberación de dinorfinas.

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